domingo, 18 de julio de 2010

Y la perseverancia tuvo premio...


Hoy, 18 de Julio de 2010, me he acercado al embalde del montoro a echar unos lances.

Al llegar me sorprende la abundancia de basses, aunque eran todos del tamaño de la mano. Iban saliendo uno tras otro hasta llegar a 28, momento en que he decidido poner un señuelo más grande y buscar un mejor tamaño de captura.

Al poco del cambio, noto unas pequeñas vibraciones en la caña, doy un cachete para clavar el pez y el carrete empieza a soltar hilo. Tras unos instantes de lucha y algún salto, consigo acercarlo hacia la orilla. Apenas a un metro de mí ha intentado mezclarse en unas ramas cercanas para huir, pero sin éxito. Unos segundos más tarde lo tenía en la mano y me hacía la foto.

Poco más dió de sí la mañana. El calor apretaba, y al clavar el bass (palmero también) número 30, me volví para casa, con la satisfacción de haber conseguido sacar algo más grandecito.

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